I)
SACIAR LA SED DE MIS OJOS
Aprendí la libertad antes de saber nombrarla
Mis primeras preguntas estuvieron dirigidas
al universo y lo incorpóreo
Sabía respetar sus silencios
y hundirme en los míos propios
Saciar la sed de los ojos rondando los montes
Humedecer mi hambre con las frutas generosas
Perseguir el vuelo de los pájaros
y descubrir sus nidos secretos
Apropiarme de un cielo preñado
de astros palpitantes
La imagen de mi padre la asocio
al amor, la música, el conocimiento y el trabajo
Así lo he soñado: bueno y protector
Estoy aprendiendo el lenguaje con el que la música
le habla al corazón
A detenerme más en las voces que han dejado huellas
en mi singular universo
Sus amorosos ramalazos de luz, belleza, paz y consuelo
me llegan inesperadamente.