The Literary Review: Issue 10
FICTION Page 10
¿Malva o malvada?
by Anthony Dawson
“Hace tiempo que no veo a Angustias,” me comentó un viejo amigo. “Ah, ¿te refieres a mi desaparecida esposa?” le respondí, intentando ocultar mi emoción.
“¿Desapareció? Pero ¿cómo? ¿Informaste a la policía?”
No pude menos que sonreír. “No, hombre. Me has entendido mal. Usé ‘desaparecida’ en el sentido eufemístico, ya sabes. Pero hablando en plata: ¡la palmó; estiró la pata; la diñó; ya es fiambre; espichó; ya goza del sueño eterno! ¡Vamos, falleció!”
Mi amigo no podía dar crédito a sus oídos. Se le veía pasmado, boquiabierto.
“Venga, hombre, que no es para tanto…” le dije socarronamente, “a todos nos pasa. Pero no te preocupes, sigo teniéndola cerca. La enterré en este jardín.” Mi amigo abrió los ojos como platos, como si quisiera que hicieran juego con la boca.
“Por cierto, te has dado cuenta de cómo la gente de los distintos países bromea con la idea de la muerte. Por ejemplo, mientras las españolas suelen criar malvas, las inglesas hacen lo propio con las margaritas, las alemanas miran los rábanos desde abajo y las francesas comen las raíces de los dientes de león. ¿Curioso, verdad?”
Mi amigo paseó la mirada alrededor del jardín en busca de dichas plantas, pero sin éxito. Finalmente, se volvió hacia mí para decir, “No veo ni malvas, ni margaritas, ni rábanos en tu jardín. ¡Incluso no hay ni un solo diente de león en el césped! La verdad es que veo muy pocas plantas, y la única que prospera es aquella hiedra venenosa que cubre la tapia…”
“¿Pues, qué quieres que te diga?”