marcelo dughetti discute con montale
que pase el muchacho
el que hilvana los rostros del pasado
como una tejedora de rímini como uno
que emplea diestramente los bolillos
a comer trucha conmigo en esta noche romana
ya traigan ese añejo que sólo abríamos
cuando venía a visitarme joseph brodsky
amengüen las lámparas para que pueda
encenderse de nuevo más allá de las ventanas
el horizonte en fuga y brille otra vez
extraña la luz del petrolero
yo soy un viejo poeta todo oídos
y cómo no sé quién se va y quién se queda
ahora quiero oír cuanto dice uno de mis hijos
quiero conocerlo y reconocerlo
aunque tenga la voz áspera y sea soez
para mi gusto antiguo en algún giro
porque él sabe de qué materia estamos hechos
dónde se encuentra ahora lo que fue
cuánto pesa un patio en la memoria
que pase el bribón el joven desmañado
el que habla solo atravesando calles de tierra
larga será nuestra conversación en esta sala desierta
ay hace tanto vacía
y si oyen que levanta la voz no se alarmen
que así hablan los jóvenes
alguna vez yo también protestaba así
furioso por el paso de los años del amor y de las horas
lo que enfurece es saber que irse es la forma mejor
que tienen las cosas de quedarse
dejen que el muchacho rabie porque rabiando
comprende todavía mejor cuanto guarda el polvo
lo que dice el eco lo que esconde el día
dejen que sufra y llore y también
cuando pueda que se ría
la risa de los poetas es cosa rara
la cosa más preciosa en esta tierra