Rita
Calderón de la Barca escribió
que la vida es un frenesí, una sombra
una ficción, ya que toda la vida
es sueño y los sueños, sueños son.
Este enigma ontológico-epistemológico
es un hueso duro de roer,
por decirlo de alguna manera.
¿Pues, no hay nada real?
¿Estamos viviendo simplemente
nuestro propio sueño particular?
¿O el de otro?
Rita era la niña de los ojos de mi madre
y yo la adoraba. Era la perfecta
hermana mayor: brillante y hermosa.
Me mimaba cuando yo era joven,
me abrazaba durante los ataques
aéreos y me ayudaba siempre.
Desde el principio, todos sabían
que sería muy fácil para Rita
ingresar en la universidad.
Estudió Medicina en Edimburgo
y se convirtió con el tiempo
en una famosa epidemióloga.
¡Cómo la echo de menos ahora!
……………………………………..
Cuando estoy solo con mis pensamientos,
estas son mis ociosas fantasías
sobre la vida soñada de Rita.
En realidad, de ella sólo he visto
una foto borrosa, en blanco y negro,
de cuando era una cría, sostenida
en alto por mi madre para el fotógrafo.
Porque la triste verdad es que Rita
les rompió el corazón a mis padres
al morir súbitamente, en su cuna,
cuando tenía unos tres mesecitos.