The Literary Review: Issue 10
FICTION Page 41
DELIRIO
by Guillermo Severiche
Ya es primavera en tu provincia. Tu madre llamó ayer para contarte que alguien más se ha embarazado y que tu tía va a venir de visita desde Buenos Aires. Tu hermano se compró un auto nuevo y piensa viajar, así como vos. Ella larga un suspiro en el que resume la vida que pasa. Los años muertos de tu niñez, encastrados en el marco de vidrio que compraste en navidad. Hasta esto has llegado. Veo que te apurás a tomar el tren, a leer y releer, a armarte listas de libros y películas, porque todo es material, todo es parte del método y el proyecto. Tiene sentido, pensás con soltura, porque escribir un libro es un trabajo abnegado, de sacrificio cristiano. Tiene que doler en el alma – cuando pensás que existe – porque de esos fragmentos aparezco yo. Acá, hablándote, dictando… Te hablo y te curo. Te escucho y te miro cómo te escondés entre los libros, los artículos que te llegan, la performance del profesor, los idiomas. Armabas tu biblioteca y yo miraba con sospecha. El pecho reventado. Las manos duras. Veo que leés con prisa, que pensás que hay algo más que hace falta. Tantas horas y tantos momentos consumidos en esta silla. El teléfono suena y que siga sonando. Así iremos otra vez a la cama: vos pensando en la próxima tarea, yo queriendo decirte que estaré con vos toda la vida, lo que queda de ella. Dictando. Hablándote. Lamentando mi responsabilidad por empujarte hasta acá, por forzarte a caer conmigo. Así has llevado tu cuerpo por callejones y boliches apretados, con la excusa de que todo era material de trabajo. Así lo has sujeto, lo has largado. Por mí. La borrachera en Lisboa, la promiscuidad en Barcelona, el frío y el cielo despejado de Bolivia. Todo es material. La ruta BogotáTunja en medio de la noche, el amor loco – así le dicen – por un desconocido en Irlanda, las cigarras en el verano de Baton Rouge. El teléfono vuelve a sonar y la vida sigue. Alguien más se va a morir, alguien nuevo va a aparecer. Todo es material. Perdoname, porque esta es mi naturaleza. Encerrarte en la voz. Acallarte todo el tiempo, porque hablo más fuerte, porque escribo con más ganas. Esta noche nos vamos a acostar otra vez: vos queriendo pensar qué otras cosas pudiste haber hecho, la vida que quedó con los tuyos en la provincia, y yo armando otra vez la estrategia para seducirte. Para atrapar tu cuerpo aún caliente, aún pensante. Ojalá que el encanto nunca se acabe, aunque ambos sabemos que más que encanto es un delirio. Porque todo sale de él, todo va hacia él. Mi existencia, tu voz (que es la mía), el cuerpo vivo, la muerte que late en todo. Vos dormite (o intentalo al menos), que yo seguiré con la próxima artimaña. Ojalá te reconozcas. Ojalá no nos perdamos de vista.
Published in 2018
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