hombres y mujeres comunes
hombre bravo en la parte superior de la luz
por toda referencia pasajero desde la estación
de los dinosaurios a la de lo que vendrá
un experimento fallido que dotó al mono
de álgebra y un cierto discreto romo muy discreto encanto
elementos esenciales para buscar en tu secreto
como una costurera que revuelve sus cajitas
y nada en verdad encuentra entre las dispersas cosas
porque el hombre empieza en los ojos
y termina allí donde saltando de témpano en témpano
no se halla finalmente otra cosa que el agua
del océano de lo conocido para siempre
(él ya tiene el olor de las bestias que se van)
un automóvil abandonado es tu metáfora
un edificio apagado acaso terminará la especie
en estos grises soldados de la noche
fustigados por todos los delincuentes y criminales
que hoy levantan la invisible y tan presente
lanza del jefe de los clanes la tácita corona de huesos
que ciñen la espada de poder ellos también
hombres comunes mas como los chamanes
capaces de invocar a todos los espíritus del miedo
cada vez que sea necesario tan efectiva cita
da siempre lucrativos resultados
oh pragmáticos asesinos ladrones y farsantes
herederos del primero que sonrió a escondidas
tras acertar el pronóstico de un eclipse
la migración del mamut la crecida del río nilo
señores del hombre y la mujer común
sus más preciadas y eternas posesiones
con la ternura de un nazi
y la sinceridad de un mentiroso
pregunté y me dijeron los que aprenden el lenguaje del temblor
que listos a migrar como los pensamientos desesperados
están dispuestos siempre a dar por la primavera natal
la suma de muchas pilas de calaveras la moneda oficial de la muerte
el cambio menudo de la vergüenza
en la primera helada del año que se levanta como la lluvia
una diosa severa enciende nuestros hogares y solamente se escucha el miedo
sus cabezas los hombres inclinan cuando ella ha llegado